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Maximilliann
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An error has ocurred. Please try againIt relates the filmography of films and TV series set in the empires of Ancient Egypt, Mesopotamia, Greece and Rome, excluding the biblical and religious films, related in another specific list.
1) TRAVEL IN TIME: with the brilliant adaptations of the novels of Herbert George Welles and their derivatives.
2) DYSTOPIC FUTURES: in fictitious societies, undesirable and frightening but sadly probable, dominated by a Big Brother or robots or androids.
3) SPACE-OPERAS: the action can take place in outer space, inside spaceships or in complexes located on remote planets, here they enter from the sagas of Star Wars, Star Trek, Battelstar Galactica and Stargate to the latest masterpieces that follow the path started for 2001: A space odyssey.
4) ALIENS: Extraterrestrial violent or pleasant, tender or aggressive, visitors or invaders. Galaxies are full of innumerable races, which show that the human race is not the center of the universe.
Reviews
The Mask of Zorro (1998)
Simbiosis de héroes aventureros clásicos
Excelente film de aventuras que retoma el personaje creado para un folletín a principios del siglo XX por Johnston McCulley, que ya fuera interpretado con acierto en la pantalla por Douglas Fairbanks en la versión silente de Fred Niblo de 1920 y en su remake sonoro, por Tyrone Power, en la versión dirigida por Rouben Mamoullian en 1940.
El personaje, que también conoció una gloria efímera en la filmografía de serie B europea a mediados de la década de los 60, supone un cruce entre la tradición del bandido generoso, al estilo de las leyendas de "Robin Hood" y el libertador anónimo y con doble personalidad, representado por "La Pimpinela Escarlata" de la baronesa d'Orczy.
El hábil guión de esta cinta, retoma al personaje que interpretaran Fairbanks y Power, encarnado en esta ocasión con su solvencia habitual por Anthony Hopkins, presentándolo en su última aventura, y convirtiéndolo en un trasunto de "El Conde de Montecristo", encarcelado durante casi 20 años, para acometer su venganza tras una prodigiosa liberación.
Ésta se producirá mediante la adopción de la personalidad del justiciero enmascarado por parte de un nuevo personaje, Alejandro Murrieta, interpretado por Antonio Banderas, en su papel más memorable hasta la fecha de su filmografía hollywoodiense, dando lugar a un todo un proceso de iniciación, que supone uno de los puntos fuertes en los que se apoya la trama.
Si el tándem formado por Hopkins-Banderas es uno de esos puntos fuertes, el segundo es el tándem formado por Antonio Banderas y Catherine Zeta Jones, cuya química en pantalla, convierte en memorables todas las escenas en que aparecen juntos, en especial, el duelo a espada en las caballerizas.
Martin Campbell compone con este atractivo material un excelente film de aventuras de resonancias clásicas, al conseguir el ritmo preciso entre escenas de acción trepidante y de hilarante comedia huyendo con acierto de la parodia, que tanto ha lastrado el cine de aventuras de los últimos años.
The Mask of Zorro (1998)
Simbiosis de héroes aventureros clásicos
Excelente film de aventuras que retoma el personaje creado para un folletín a principios del siglo XX por Johnston McCulley, que ya fuera interpretado con acierto en la pantalla por Douglas Fairbanks en la versión silente de Fred Niblo de 1920 y en su remake sonoro, por Tyrone Power, en la versión dirigida por Rouben Mamoullian en 1940.
El personaje, que también conoció una gloria efímera en la filmografía de serie B europea a mediados de la década de los 60, supone un cruce entre la tradición del bandido generoso, al estilo de las leyendas de "Robin Hood" y el libertador anónimo y con doble personalidad, representado por "La Pimpinela Escarlata" de la baronesa d'Orczy.
El hábil guión de esta cinta, retoma al personaje que interpretaran Fairbanks y Power, encarnado en esta ocasión con su solvencia habitual por Anthony Hopkins, presentándolo en su última aventura, y convirtiéndolo en un trasunto de "El Conde de Montecristo", encarcelado durante casi 20 años, para acometer su venganza tras una prodigiosa liberación.
Ésta se producirá mediante la adopción de la personalidad del justiciero enmascarado por parte de un nuevo personaje, Alejandro Murrieta, interpretado por Antonio Banderas, en su papel más memorable hasta la fecha de su filmografía hollywoodiense, dando lugar a un todo un proceso de iniciación, que supone uno de los puntos fuertes en los que se apoya la trama.
Si el tándem formado por Hopkins-Banderas es uno de esos puntos fuertes, el segundo es el tándem formado por Antonio Banderas y Catherine Zeta Jones, cuya química en pantalla, convierte en memorables todas las escenas en que aparecen juntos, en especial, el duelo a espada en las caballerizas.
Martin Campbell compone con este atractivo material un excelente film de aventuras de resonancias clásicas, al conseguir el ritmo preciso entre escenas de acción trepidante y de hilarante comedia huyendo con acierto de la parodia, que tanto ha lastrado el cine de aventuras de los últimos años.
Quantum of Solace (2008)
James Bond, un héroe mutante
La franquicia más larga de la historia del cine, no podía haber sido, sin contar con el poder mutante de su protagonista, Bond, James Bond,que se ha ido adaptando al signo de los tiempos con singular fortuna.
En 1962, año del estreno del primer largometraje, "Dr. No", Sean Connery ya incorporó novedades sobre el personaje literario creado por Ian Fleming en 1953, el 007 de Connery deshumanizó totalmente al agente secreto, típico producto de la guerra fría, que ya era descrito por el autor como una perfecta máquina de matar, el personaje de Connery era un duro, cruel, misógino, y frío agente secreto, epicúreo y apuesto seductor, que no dudaba en abofetear a una mujer o en asesinar a sangre fría a sus enemigos.
El acartonado modelo George Lazenby pretendió humanizar al personaje en "Al Servicio Secreto de Su Majestad Británica", haciéndole enamorarse y llorar. El público no perdonó un giro tan brusco en uno de los mejores guiones de la saga y, sin duda, la peor interpretación.
Roger Moore dotó al personaje de un aire de "bon vivant" otoñal introduciendo en la saga numerosas escenas de comedia, en forma de respetuosa autoparodia, y reduciendo la dosis de violencia, de forma que el personaje se convirtiera en apto para audiencias familiares.
Timothy Dalton, ha sido quien mejor ha reflejado al Bond de las novelas originales, pero el escaso carisma del actor, por otra parte excelente, no fue suficiente para captar el respaldo del público.
Todo lo contrario de lo sucedido a Pierce Brosnan, que en cuatro títulos supo combinar con un magnetismo irresistible la dureza incorporada por Sean Connery, la ternura de Lazenby, el gusto por el sarcasmo de Roger Moore y la fría profesionalidad de Dalton.
"Casino Royale" y "Quantum of Solace", ambas interpretadas por Daniel Craig, suponen la renovación más profunda de la saga hasta el momento, casi la reinvención integral del personaje, al igual que sus antecesores bebe en la fuente original de Fleming, para intentar capturar su esencia original y distanciarse después, para adaptarse al signo de los tiempos.
El Bond de Craig ignora todos los acontecimientos de la saga ¡¡incluida la Guerra Fría!! y reinicia de nuevo su andadura, intentando explicar las razones de algunas de sus señas de identidad.
Es más duro, más fuerte, más exhibicionista, más vulnerable, es un típico producto del cine concebido como espectáculo del exceso, y sabe que su franquicia tiene esta vez competidores más peligrosos que SPECTRA o SMERSCH: el agente Ethan Hunt, Jason Bourne, el agente de la C.I.A. Jack Ryan o el televisivo Jack Bauer de la U.A.T. de Los Ángeles.
¡Suerte Sr. Bond! Esta vez la va a necesitar...
Maximilliann
Titanic (1997)
Una vida marcada por el amor y la tragedia
Hermosa, preciosista y puntillosa revisitación de la historia de Romeo y Julieta, enmarcada esta vez en la tragedia del transatlántico más famoso de la historia, que se hundió tras chocar con un iceberg en 1912.
La historia está dividida en un prólogo y dos partes bien diferenciadas.
En el prólogo es donde James Cameron consigue captar toda la atención del espectador al revelar con maestría lo que será el espíritu del film: un alarde de preciosismo tecnológico, expresado en las fantasmagóricas imágenes del transatlántico hundido; y una tierna historia de amor, que será narrada por una centenaria Rose, mediante un hermoso flash back, en el que recordará el amor y la tragedia que marcaron su vida para siempre.
El primer bloque corresponde a la presentación de los personajes principales y está centrada en la emotiva historia de amor entre Jack y Rose, en este bloque se destaca la magistral composición de Kate Winslet en el papel de Rose, que consigue transmitir con sus miradas toda la complejidad de los sentimientos de su personaje, también es destacable el alarde técnico de los movimientos de grúa y aéreos alrededor del barco y la excelente partitura de James Horner que impregna de lirismo y majestuosidad la romántica historia.
El segundo bloque corresponde a la descripción de la tragedia del lento y angustioso hundimiento y se destaca a nivel argumental por la habilidad que supone pasar a segundo término la tragedia individual, la de la pareja de amantes, para centrarse en la tragedia colectiva de las 1500 personas que murieron en aquella catástrofe, en este sentido resultan terroríficas y angustiosas las escenas de la partición del buque, la de los pasajeros de tercera clase, literalmente enjaulados en las bodegas, o las de la búsqueda de supervivientes entre los cientos de cadáveres que flotan en el mar.
Quizá la historia sea conocida y previsible, por eso es un perfecto ejemplo de que el arte cinematográfico, a pesar de que siempre debe estar respaldado por un buen guión, es un arte eminentemente visual, en el que la puesta en escena resulta determinante para la creación de una obra de arte.
The Godfather (1972)
Aura de tragedia
Quintaesencia del cine de gangsters, cuya estética y concepción renovó absolutamente tras su estreno, y obra maestra de la historia del cine.
A "El Padrino" y sus dos secuelas, les cabe el honor de haber desbordado los límites del género, para convertirse en referente cultural y motivo de reflexión existencial y social.
Su de-construcción del modelo familiar tradicional, mostrando todos los turbios entresijos de la familia Corleone, la ácida crítica hacia la corrupción jurídica y policial, su desprecio por la hipocresía de la clase política o su cuestionamiento de la jerarquía eclesiástica y sus motivaciones, convierten la saga, en una de las más demoledoras críticas sociales que el cine haya efectuado jamás.
Todo ello enmarcado en una vibrante y violenta crónica sobre la evolución de la mafia ítalo-americana en el s. XX, y a cuyos entresijos asistimos a través de la fría mirada del padrino Don Michael Corleone, a quien seguimos en su proceso de concienciación, corrupción y venganza en el primer film, enajenación, aislamiento y absoluta soledad en el segundo, e intento de redención imposible en el tercero, enfrentándose a su destino final, con aura de trágico héroe shakespeariano.
Aunque para él, la mayoría de atrocidades que ha ordenado cometer.... "no haya sido nada personal.... sólo negocios".
Ben-Hur (1959)
El cine como arte
Imbatida durante casi 40 años, Ben-Hur ostentó el record de haber ganado 11 oscars, de las 12 nominaciones a las que se presentaba, hasta que fue igualada por "Titanic" que arrasó en la ceremonia de 1997 al conseguir el mismo número de oscars. En 2003 "El Señor de los Anillos. El Retorno del Rey", repetiría la misma hazaña.
Basada en la obra del general estadounidense Lew Wallace, el guión se basa en la amistad traicionada entre un oficial romano, Messala, y un príncipe judío, Judá Ben-Hur, condenado de por vida a las galeras, tras ser acusado injustamente de intentar asesinar a un procurador romano y de ver confinadas en mazmorras a su madre y su hermana. El film narra la historia de la odisea de Ben-Hur, superada por alimentar un profundo sentimiento de odio y venganza, que alcanzará la redención a través del amor y el perdón inspirados en las enseñanzas y el ejemplo de un joven rabí de Nazareth, juzgado y condenado a morir crucificado.
Máximo exponente del llamado cine "Kolossal", nacido para competir con la pujante televisión, el film se beneficia de un excelente guión y una soberbia dirección de actores entre los que destacan Stephen Boyd como Messala, que sabe dotar a su personaje de una perturbadora ambigüedad en su relación de amor-odio con Ben-Hur; Jack Hawkins, como Quinto Arrio, en un registro parecido; Hugh Griffith, que enriquece el personaje del Sheik Ilderim, dotándolo de una desbordante humanidad; y Charlton Heston en el papel más rico y matizado de toda su carrera.
La partitura de Miklos Rozsa sigue siendo una de las más bellas y complejas de la historia del cine, no únicamente por la grandiosidad y belleza de los temas épicos y líricos, o por haber compuesto un tema específico para cada personaje, sino por la armoniosa elegancia con la que éstos se entretejen y enlazan a medida que la acción avanza. Sin duda un excelente ejercicio de creación de una banda sonora al servicio de la historia que se narra en el film.
Las cifras de esta super-producción siguen siendo descomunales en la actualidad: $15 millones, 350 actores con diálogo, 50.000 extras, 300 decorados distintos, el circo de Jerusalén reconstruido a tamaño natural con capacidad de albergar a 25.000 personas, 15.000 diseños de vestuario...
Pero lo más recordado del film, es su mítica carrera de cuádrigas en el circo de Jerusalén, la tensión y la emoción que sigue produciendo su visionado no ha sido todavía superado en la era de los efectos digitales.
Todo el conjunto sigue siendo una gran lección de como concebir el cine, en los tiempos en que al cine se le denominaba "Séptimo Arte".
Bram Stoker's Dracula (1992)
Fiel a la letra, infiel al espíritu
Sin lugar a dudas es la más fiel transcripción de los hechos narrados en la famosa novela de Bram Stoker, de la que respeta incluso la estructura narrativa, compuesta a base de hacer evolucionar la historia a través de la lectura de los diarios de diversos personajes.
Sin embargo, la incorporación del prólogo, plásticamente impecable pero inexistente en la novela, en el que se narra el origen del vampiro, para dar una motivación a todos sus actos posteriores, esto es, el desmesurado amor que el Príncipe Vlad el Empalador, siente por su adorada e infortunada Elisabetta, revivido al contemplar el parecido de ésta con la joven Mina Harker, 400 años después de la muerte de la primera, convierte al Príncipe de las Tinieblas, imaginado por Stoker, en el protagonista de un melodrama romántico-fantástico, que es absolutamente infiel al espíritu con el que fue creado.
En el film de Coppola, aún fiel a los hechos descritos en la novela, Drácula ya no será la encarnación del mal, el vehículo para descubrir la miseria moral y la hipocresía de quienes le combaten, que tan bien quedó reflejada en la magistral versión del británico Terence Fisher de 1958, que interpretara el sobrecogedor Christopher Lee, sino un héroe romántico en lucha por preservar su amor contra el tiempo y contra aquellos que han jurado destruirle.
Ni siquiera se puede afirmar que el planteamiento sea original, ya que este giro argumental, un Drácula romántico y seductor, ya fue explorado por John Badham en su meritoria versión del mito realizada en 1979.
A pesar de esa infidelidad al espíritu de la novela, el film de Coppola es un excelente film de vampiros, claramente concebido como gran espectáculo visual, un ejercicio operístico donde prima el impacto visual y el exceso, se diría que intenta ser un compendio de todas las aportaciones iconográficas del subgénero vampírico, debidamente aumentadas o enfatizadas.
Ese compendio de fascinantes hallazgos visuales, unidos a la cautivadora historia del enamorado que "cruzó océanos de tiempo" para encontrar de nuevo a su amada, hacen perdonar la traición al espíritu de la novela original, en un film que sin duda debiera haberse titulado "Drácula... de Francis Ford Coppola"
Planet of the Apes (1968)
¿Qué es lo que nos hace humanos?
Excepcional adaptación de la novela de Pierre Boulle, "La Planète des Singes", que deviene, bajo la inspirada batuta de Schaffner y la vibrante actuación de Heston, en un clásico de la ciencia-ficción.
El film plantea, como si de una fábula animalesca se tratase, una reflexión filosófica acerca de la identidad de lo humano y aquello que realmente nos hace humanos, la raza y la cultura o las cualidades del espíritu, para concluir que un simio, podría perfectamente tener más características de las conocidas como "humanas" que el propio hombre.
También plantea un alegato contra la guerra, la violencia y la agresividad del hombre hacia su entorno, incluyendo su propia raza, así como contra la intolerancia religiosa, racial y científica.
Que todas estas reflexiones se postulen irónicamente y bajo la forma de un excelente relato de aventuras, cuyo interés no decae en ningún momento del metraje, planteando una estructura narrativa y una banda sonora, que aún hoy, siguen resultando innovadoras, convierte al primer film de la saga de los simios, en una obra maestra, no ya de la ciencia-ficción, sino de la historia del cine.
El éxito del film se tradujo en cuatro secuelas rodadas para la gran pantalla, una serie de televisión de 14 episodios, interpretada por Roddy McDowall, como único superviviente de la saga fílmica, otra serie televisiva de animación de 13 episodios y un innecesario remake, rodado por Tim Burton en el 2001.
La progresiva mediocridad de las secuelas, las series y del remake de Burton, no han conseguido empañar los logros, el mensaje y la fuerza de esta cinta extraordinaria.
La secuencia final del astronauta Taylor, descubriendo que su viaje interespacial, ha sido en realidad, un viaje en el tiempo, es con toda justicia, una de las más famosas escenas de la historia del cine.
Escena a la altura del excelente final de la novela, en que los dos astronautas que han hallado un pergamino flotando en el espacio, en el que se narra la odisea del hombre que regresó a la Tierra para descubrir que estaba gobernada por simios, concluyen que todo el relato es una fantasía, porque nadie en su sano juicio podría suponer que la Tierra hubiera podido estar gobernada nunca por una raza tan primitiva y violenta como la raza humana, resulta inconcebible incluso para sus mentes de chimpancés cultos e inteligentes.
Maximilliann
V for Vendetta (2005)
El poder perturbador del cine fantástico
Excelente adaptación de la novela gráfica de Alan Moore, a quien debemos obras tan memorables como "From Hell", que también cuenta con una excelente adaptación cinematográfica, dirigida por Albert & Allen Hughes en el 2001, y autor también de "La Liga de los Hombres Extraordinarios", de plasmación fílmica en el 2003 menos afortunada.
James McTeigue, ayudante de dirección de los hermanos Wachowski, artífices de la saga de Matrix, dirige con notable acierto esta adaptación, que a pesar de haber sido repudiada por Alan Moore, devuelve al género fantástico el papel subversivo, transgresor y perturbador que había tenido hace unas décadas.
Sin pretender polemizar sobre lo políticamente incorrecto que resulta en el mundo actual, permanentemente amenazado por el terrorismo internacional, convertir a un terrorista en el paladín de la libertad o considerar la revolución violenta, como única alternativa de liberación, McTeigue se atreve, en el primer film que dirige, a sostener esta incómoda posición, reflejando en un futuro cercano, una sociedad, quizá no tan ficticia, cuya opinión es manipulada constantemente por los medios de comunicación, que sirven al poder dictatorial de un terrorífico partido único, ejerciendo de esta forma un control absoluto sobre la opinión de la población.
Los métodos de lucha que utilizará el fascinante vengador, un extraño personaje, que se asemeja a un cruce entre el Conde de Montecristo y el Fantasma de la Ópera, son los mismos que el poder usa para ejercer su control: violencia, terror, mentira y manipulación, convirtiéndose así en la otra cara de la moneda del mismo poder que pretende derrocar.
Pero el film, no es sólo una reflexión social o política de nuestro futuro inminente, es también un excelente relato de aventuras, algo lastrado por una estética deudora de la saga de Matrix, una hermosa historia de amor imposible y un compendio de influencias clásicas.
Destacan las brillantes interpretaciones de Natalie Portman, en el papel de Evey, la mujer que se verá sometida a un doloroso proceso de concienciación; de John Hurt, en el papel del tiránico Canciller Sutler; y en la recomendable V.O, la mágica voz, de Hugo Weaving, ya que la máscara de V no nos permitirá ver su rostro a lo largo de todo el metraje.
Maximilliann
Rebecca (1940)
Volver a Manderley
Todos los amantes del mago Hitchcock tenemos una cita periódica en Manderley.
Una cita para revisitar el único film del maestro al que le fue concedido un oscar a lo largo de toda su carrera.
Una cita para dejarse envolver por los múltiples misterios ocultos entre los muros de la mansión de Manderley, siempre atentos a no profanar el ala este de la mansión, el templo donde mora la memoria de Rebecca, vigilada celosamente por su férrea sacerdotisa, la Sra. Dambers.
Una cita para acompañar en su terrible odisea a la única heroína (que yo conozca) del cine y de la literatura carente de nombre propio, para aumentar, si cabe aún más, el sentimiento de despersonalización, empequeñecimiento y anulación a que es sometida, magnificado porque el nombre que da título a la obra, Rebecca, cuya arrebatadora personalidad está presente en todos los rincones de la mansión, es el nombre de una mujer muerta.
Una cita para revivir la tortura interior de Maximillian de Winter, el poseedor de un angustioso secreto, quien, bajo una óptica contemporánea, tomaría el papel de inconsciente torturador, por sus brotes de ira y por el abandono a que somete a su joven esposa.
Una cita para aterrorizarnos con la perversión de la patología lésbico-necrófila de la Sra. Dambers, magistralmente interpretada por la actriz Judith Anderson, en un papel que la encasillaría durante toda su carrera.
Una cita para admirar otra magistral interpretación de George Sanders en el papel del cínico, chantajista y amoral Jack Favel, el primo y amante de Rebecca.
En definitiva, una cita para revisitar una de las obras maestras de Hitchcock, una mezcla de historia de intriga, cuento gótico de fantasmas y melodrama romántico, que, como todas las obras maestras, aumenta su capacidad de fascinación con el paso del tiempo La inminencia de esa cita siempre causa un renovado placer al cinéfilo, porque para todo cinéfilo, siempre es un placer... volver a Manderley.
Maximilliann
Gladiator (2000)
El renacimiento del Peplum
A Gladiator le cabe el honor de haber hecho resurgir un género del que se había firmado su acta de defunción a mediados de los años 60, tras el uso y abuso indiscriminado de sus códigos, por parte de casi todas las cinematografías del mundo, en especial, la italiana.
Ridley Scott renace de su fracasado "1492, La Conquista del Paraíso", para encontrar con Gladiator el punto de equilibrio justo, entre una espectacular recreación histórica de la Roma Imperial, un film de aventuras épicas trufado de gestas heroicas y de batallas descritas con verosimilitud y crudeza y una historia intimista de ambición, intriga política, predestinación y venganza, donde brillan con luz propia la apostura de Russell Crowe, el histrionismo de Joaquin Phoenix y la exquisita contención de Connie Nielsen, arropados por las impagables presencias de Oliver Reed, Richard Harris y Derek Jacobi, al son de una memorable partitura de Hans Zimmer.
Tras décadas de ominosa ausencia, Gladiator se permite mirar de frente y sin vergüenza a las obras cumbres del género: el Espartaco de Kubrick, la Cleopatra de Mankiewicz y el Ben-Hur de Wyler, y anuncia a su vez, el giro de la industria hacia ese género, abandonado durante décadas.
El éxito de Gladiator ha propiciado la realización de superproducciones tan destacables como: Troya de Wolfgang Petersen o Alejandro Magno de Oliver Stone, sin olvidar la pléyade de mini series televisivas ambientadas en el mundo antiguo entre las que destaca la producción angloamericana, Roma.
Por todo ello... ¡Gracias Mr. Scott!
Maximilliann
Singin' in the Rain (1952)
Ángel y Demonio en Broadway
Obra maestra indiscutible del musical, de la comedia y de la historia del cine, que narra una divertida sátira sobre el propio mundo del cine, en su transición del periodo mudo al sonoro, repleta de referencias y guiños cinéfilos, debidos al excelente y divertido guión de Betty Condem y Adolph Green.
La dirección de Kelly y Donen es rabiosamente dinámica y muy moderna en la época en que fue rodada.
Kelly brilla con luz propia en el papel protagonista, tanto en las escenas de comedia, las de acción, rememorando su reciente papel de D'Artagnan en "Los Tres Mosqueteros", y está sublime en las secuencias musicales, tanto en la romántica balada "You're my Lucky Star", como en la irreverente y gamberra "Moses", la esperanzada y optimista "Good Morning", o la grandiosa "Singing in the rain".
Donald O'Connor es el perfecto y simpático compañero de Kelly, retomando y superando la función que había asumido Frank Sinatra en filmes anteriores, su interpretación de "Make'em Laugh", subiéndose literalmente por las paredes, es uno de los más dinámicos y divertidos números musicales jamás filmados.
El resto del reparto, incluyendo a Jean Hagen y Debbie Reynolds, está sencillamente perfecto en los papeles asignados.
Mención aparte merece una maravillosa Cyd Charisse, cuya hipnótica aparición en el doble papel de ángel y demonio en el número "Broadway Melody", le valió el papel protagonista al año siguiente, en el musical "Melodías de Broadway,1955", junto a, nada menos que, Fred Astaire, y el recuerdo imperecedero de todos los amantes del cine.
El optimismo, la fuerza y la alegría de vivir que emanan del film, siguen siendo tan contagiosos en la actualidad, como lo fueron en el momento de su estreno, ¿o es que alguien es capaz de resistirse a tararear "Singing in the rain" cuando suenan sus primeros compases?
12 Angry Men (1957)
La majestad de la Razón y la Palabra
Intenso drama judicial acerca de la deliberación de un jurado de "doce hombres justos", en el caso de un joven de baja extracción social, acusado de parricidio, y de la duda razonable que un honesto miembro del jurado se plantea ante el cúmulo de pruebas y hechos incriminatorios aportados por el fiscal.
Henry Fonda, en una de las mejores interpretaciones de su carrera, interpreta al sereno e íntegro jurado nº 8, que acometerá, cual heróico y moderno Don Quijote, la difícil misión de razonar con los once miembros restantes del jurado, el deber y la responsabilidad de actuar con honestidad, revisando bajo otra óptica, todas y cada una de las pruebas y testimonios, con objeto de convencerles de que existe una duda razonable, y que éste es suficiente motivo para cambiar sus iniciales y precipitados veredictos.
El film, que supone la opera prima de Sidney Lumet, no se molesta en ocultar los orígenes teatrales de la obra, aprovechando el espacio cerrado de la sala de deliberaciones, para incrementar su sudorosa y claustrofóbica intensidad.
Los doce intérpretes dan lo mejor de sí mismos en esta obra de soberbias caracterizaciones, destacando entre todas la ya comentada de Fonda, la de Lee J. Cobb, como el beligerante, amargado y feroz jurado nº 3, la de Martin Balsam en el papel del pusilánime presidente del jurado, E.G.Marshall, como el frío y analítico jurado nº 4, Ed Begley, como el intolerante jurado nº 10, Joseph Sweeney como el anciano y perspicaz jurado nº 9 y Jack Warden, como el superficial y agresivo jurado nº 7.
Todos están magistrales en sus anónimos papeles, en este enfrentamiento por conseguir un veredicto de unanimidad, en una obra, donde lo que en realidad se juzga es la intolerancia, los prejuicios étnicos, generacionales y los de clase social, oponiendo a estas lacras, la sencillez y majestad de la razón, expresada a través de la serenidad del diálogo y la palabra.
NOTA MARGINAL: Quisiera recordar en este espacio, a colación del comentario de esta película y a modo de homenaje, la excelente versión española televisiva, que he tenido el placer de disfrutar en vídeo, y que fue dirigida en 1973 por Gustavo Pérez Puig, para el recordado programa español Estudio 1, en una época en que aún podía considerarse a la televisión, como una ventana a la cultura.
Esta excelente versión contó con el siguiente reparto de lujo, a un nivel perfectamente comparable a la versión de Lumet: Jesús Puente (Presidente y Jurado no1), Pedro Osinaga (Jurado no2), José Bódalo (Jurado no3), Luis Prendes (Jurado no4), Manuel Alexandre (Jurado no5), Antonio Casal (Jurado no6), Sancho Gracia (Jurado no7), José María Rodero (Jurado no8), Carlos Lemos (Jurado no9), Ismael Merlo (Jurado no10), Fernando Delgado (Jurado no11) y Rafael Alonso (Jurado no12).
A todos ellos, presentes o ausentes, pero todos consagrados como primeras figuras de la escena española, rindo desde aquí mi sincero homenaje.
It's a Wonderful Life (1946)
El sentido de la vida
La tercera colaboración de Frank Capra con James Stewart, tras "Vive como Quieras" en 1938 y "Caballero sin Espada" en 1939, es una maravillosa alegoría sobre la importancia del ser humano en el desarrollo de sus semejantes, casi una filosófica reflexión sobre el sentido de la vida.
Para los que acusan a Capra de optimismo exacerbado, este film es una clara muestra de su propia evolución personal, ya que presenta la particularidad de que el mal, representado como en casi toda su filmografía, por una parte de la sociedad, nihilista, materialista y manipuladora, e interpretado magistralmente en este film por Lionel Barrymore, ya no es vencido por la nobleza y los elevados ideales, sino que seguirá desarrollándose, a pesar de la existencia de éstos.
La interpretación de James Stewart en el papel del generoso, abnegado y sacrificado George Bailey, que renuncia a sus sueños de gloria personal para devenir un filántropo, entregado al servicio de su familia y de la comunidad de Bedford Falls, y que sufre una terrible crisis existencial, que le llevará hasta las puertas de la muerte, es tierna, vibrante y conmovedora, una de las mejores de su carrera y una excelente muestra de su gran versatilidad como actor.
Incombustiblemente optimista, a pesar de su acerada crítica social, rabiosamente divertida, a pesar de los tintes trágicos de su historia, realista en el tratamiento de sus personajes, a pesar de su fantástico argumento, el visionado del film sólo admite una reflexión al finalizar oyendo sonar las campanas en el árbol de Navidad de los Bailey.... ¡Qué bello es vivir!
Saving Private Ryan (1998)
La trilogía de la guerra de Steven Spielberg
Excepcional recreación del desembarco en Normandía el 6 de Junio de 1944, con la que Spielberg completa su trilogía sobre la guerra, que ya iniciase con "El Imperio del Sol" en 1987 y continuase con "La Lista de Schindler" en 1993, para volver a narrar una historia, ambientada en el seno de la peor tragedia de la historia, la Segunda Guerra Mundial, donde en el epicentro del horror de los campos de concentración o del frente de Normandía, afloran nobles sentimientos humanitarios, entre los que destacarán el espíritu de sacrificio, la solidaridad y el heroísmo.
La historia que se narra en el film está basada en el caso real del soldado Fritz Niland, que habiendo perdido a tres hermanos en diversos frentes, cuya muerte fue comunicada a la madre en el mismo día, fue localizado y repatriado por orden expresa del Departamento de Defensa de EE.UU.
La veraz reconstrucción de la carnicería en la que se convirtió la playa de Omaha en el momento del desembarco, narrada durante la primera media hora del metraje, mediante la técnica de filmación de cámaras al hombro y velocidad de obturación muy elevada, dotan a las escenas de un subjetivismo tan real, que introduce con brutalidad al espectador en el violento y absurdo caos de un campo de batalla.
El hiper realismo y la crudeza con que está documentado el combate militar, mediante las técnicas señaladas, convierten al film en un referente dentro del género bélico, que condicionaría a la mayoría de filmes bélicos rodados con posterioridad.
Maximilliann